Guanajuato, Gto., 14 de noviembre de 2025.- El Dr. Francisco Gallardo Negrete, profesor de la Universidad de Guanajuato (UG), ha recibido dos importantes premios literarios en este mes: el I Premio Bellas Artes para Ensayo sobre Artes Visuales 2025 y el XXII Premio Nacional de Poesía “Amado Nervo”.
El primero de estos, otorgado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de las coordinaciones nacionales de Artes Visuales (CNAV) y Literatura (CNL), corresponde a su obra Puentes que acaban en Ruptura. Lo mexicano más allá del Movimiento de Pintura Mural, donde redescubre la figura de José Moreno Villa, crítico de arte español, quien, después del exilio republicano, fue clave para las artes visuales mexicanas del siglo XX, especialmente en el Bajío.
El pasado 12 de noviembre, en el marco del Día Nacional del Libro, el Dr. Gallardo recibió el premio, cuyo jurado estuvo integrado por Rebeca Barquera, Gabriela Jáuregui y Carlos Palacios, quienes destacaron la fluidez de la escritura, la riqueza del lenguaje, el rigor de la investigación y el desarrollo de las ideas.
En cuanto al Premio Nacional de Poesía “Amado Nervo”, este corresponde a la obra Los Ilustrados y es otorgado por el Gobierno de Nayarit, a través del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Nayarit (CECAN), mismo que se entregará en el marco del Festival Cultural “Amado Nervo”, el próximo 17 de noviembre.
Evaluada por Carla Faesler, Ingrid Bringas y César Cañedo, esta obra se basa en sus propias vivencias de miopía, relacionándolas con una genealogía no casual de escritores que padecieron, incluso, ceguera. Previamente, Gallardo publicó en la revista Nexos el ensayo “Invidencia y literatura”, donde comenzó tal disertación.
Francisco Gallardo es originario de Pénjamo, Guanajuato. Cursó sus estudios de licenciatura y maestría en la UG al respecto de Filosofía (2005-2010) y Literatura Hispanoamericana (2013-2015). Posteriormente, obtuvo un doctorado en Humanidades, con énfasis en Teoría Literaria, en la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa (2017-2021).
La escritura, para Francisco Gallardo, es una expresión terapéutica desde hace 23 años. “Me dedico a eso: a leer y a escribir”, comentó en entrevista para la UG.
Su pasión por las letras y las humanidades ha inspirado a generaciones de jóvenes en la Escuela de Nivel Medio Superior de Irapuato, esto motivado por las experiencias de su juventud, cuando, al atravesar por una crisis académica a los 17 años, “descubrí la lectura; fue una especie de salvavidas y un golpe de suerte”.
Al respecto de su miopía, diagnosticada a los 14 años, recordó las dificultades para ver el pizarrón en clases, la cual, con el paso de los años, ha aumentado considerablemente. “Siempre me he preguntado cómo habría sido mi vida si hubiera tenido buena vista”, comentó.
En ese sentido, el título de su poemario proviene de Cartas sobre los ciegos para uso de los que ven, de Denis Diderot, un ensayo que plantea cómo una persona ciega conoce el mundo a través del tacto y qué ocurriría si algún día pudiese ver.
Además del aspecto visual de la poesía (las imágenes poéticas), para el autor fue importante la dimensión acústica. Como referencias, consultó La literatura de cordel, de Julio Caro Baroja, género poético popular en los siglos XVI y XVII (estudiado por la reconocida investigadora Margit Frenk), donde las piezas se vendían colgadas en las plazas por personas ciegas quienes las declamaban.
La escritura de esta obra comenzó en 2021, durante la pandemia, y se prolongó cuatro años con diversas reescrituras. “La poesía exige sinceridad y autenticidad. Tenía unas 90 cuartillas, pero lo reduje a 64. En la maqueta final, tendrá cerca de 70 debido a los juegos tipográficos”, explicó.
Los ilustrados está dividido en cuatro secciones con composiciones que exploran la miopía y la relación entre mente y visión. La tipografía muchas veces es protagonista, incluso con piezas escritas en braille o con distintos tamaños de letra, simulando la lectura de una persona con discapacidad visual.
Como parte del premio, por el que concursaron más de 250 manuscritos, este libro será publicado por el CECAN con un tiraje de 500 ejemplares.
En la trayectoria del ensayista y poeta, se incluyen el premio del Certamen Nacional de Ensayo Literario “Alfonso Reyes” (2015) y el Premio Bellas Artes Sonora de Minificción “Edmundo Valadés” (2023), entre otras distinciones. Además, es colaborador en Milenio, Nexos, Este País, Casa del Tiempo y Latin American Literature Today.
“Por mi formación, me siento más cómodo en el ensayo. De forma más secreta, me inclino por la poesía. Siempre dudé de mis capacidades líricas, pero ahora me siento motivado. Seguiré escribiendo y dando clases, pues mucho de lo que trabajo nace en las conversaciones con mis estudiantes. Ellos, en cierto modo, son coautores de mis libros”, añadió.
Durante la ceremonia de premiación en el Palacio de Bellas Artes, el autor agradeció el apoyo de su esposa y otras figuras presentes. Se denominó, poéticamente, como un ‘sedentario’ y, con gran afecto, recordó a su padre, quien fue comerciante de maíz y conductor de autobuses. Expresó: “Papá decía que hay que ir a donde está el trabajo. (…) Cómo me habría gustado que hubiera visto el hermoso e insospechado lugar al que mi trabajo me ha traído el día de hoy”.

